2016-08-19 |
Habrá gran guerra despiadada, dolorosa y sin sentido, pues todo aquel que mata, que coge un arma en sus brazos, éste ha sido inspirado por el mal. No hay sentido en el herir a otros, en el dividir de familias, en dejar pequeñitos huérfanos, ancianos abandonados, no hay sentido en sacrificar si quiera una vida por ganar una nación, por llamarse Señores de un pedazo de tierra o por ganar control sobre lo que no son dueños. Esto no es de Deo. Nada justifica a dónde el hombre ha llegado hoy. Sus intenciones, su sed de poder. Os convoco ahora pequeños, a no ser quienes toman arma, que infligen dolor a otros. Son únicamente títeres de personas sedientas de poder, que quieren imitar a Dios y juegan con mis pequeñitos como si fuesen piezas de un juego. Entonces, hijos, no se dejen engañar, huyan de la violencia, apártense de participar del conflicto que caerá sobre el orbe y dejará muy pocos lugares sin tocar. Decid a sus hijos, que solo el insensato lucha por causas ajenas a las del cielo. Aquel que es capaz de matar por oro, tierra, poder o respeto caerá bajo la misma causa.
Miles abandonan a Cristo por seguir causas que no entienden ni conocen. El mal astuto es, os hace creer necesario dar sus vidas por proteger a su nación. No quedará nación que no sea tocada por la justicia divina. Destruyen a mis familias y el Alto hará justicia.
Caerán bombas sobre Europa y esto llevará al mundo al caos. Cae la UE y así la economía empieza a caer hasta anunciar que las monedas cambian. Todo perderá su valor. Los bienes perderán su valor y muchos caen en quiebra, pierden grandes fortunas.
Pero en medio del caos, el Espíritu renueva corazones, que como despertando de un sueño, se ven ante la inmensidad de Dios y reconocen que nada son y buscan a Deo. Ahí estarán mis guerreros de luz, conocedores de mi palabra, de mis designios e instrucciones. No dormirán hasta haber socorrido a cada hijito que me busca afanado, que sale a correr buscando salvación para éste y sus amados. Serán jornadas largas, llegan a ustedes miles de críos, necesitados. Os indicarán, enseñan y consolarán con mis palabras, mis profecías. Nada será mas importante que esto.
Todo os doy en su camino, indicaciones, sentir, mis ángeles protectores. Luz cuando ya haya caído la noche, comida cuando sientan hambre. Agua del costado sagrado para saciar su sed. Posada al estar lejos y manos amigas para hacer la labor. Vivirán para mi hasta que el tiempo predispuesto sea cumplido. Luego llegaré al encuentro de los míos y sentirán descanso de su trabajo, alegría de su perseverar. A mi lado hijos se sentirán plenos.
Acaten ahora mis enseñanzas, designios, para llevar verdad a quien no me conoce. Para dar palabra salvífica. |
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