2020-11-04 El amor es la fuerza transformadora que todo lo puede. En el amor se muere a sí mismo, en el amor se da todo por el otro y en el amor se deja el pecado. Porque es tal el amor por el Padre y el Hijo que se busca nunca más ofenderlos. Te preguntas, ¿Cómo amar más? El amar perfectamente es una gracia que se pide como todo y crece al regarla con sacrificio, entrega y constancia. El disciplinado incluye poco a poco en su vida, pequeños cambios para llevarle a su meta. Ser más servicial, buscar el bienestar del otro primero que el propio, dejar lo último y lo peor para uno dando lo mejor siempre al otro. Morir a sí mismo como mi Hijo murió por ustedes. Así pues, de a pocos cada día, la práctica os llevará a la constancia y la constancia os llevará a practicar el amor, cada vez más. Aquel que se despoja, a su vez entrega a otros. El que se despoja de su vanidad entrega sencillez, el que se despoja de su ego, entrega humildad, el que se despoja de lo material entrega a otros ejemplo y desapego. y solo despojándose del mundo y llenándose de mí, podrán realmente entregar a otros lo del Padre. Pues, ¿Qué podrán entregar si llenos estáis del mundo? Solo mundo. O, ¿Qué podrán entregar si aún siguen llenos de sí? Solo lo poco bueno que puedan tener. Despójense y así, pues, entregarán la luz del Espíritu que os llenará. El sacrificio os asemeja a mi Hijo y os hace estimar a otros por encima de sí mismos. El sacrificio es signo de los míos. Aquellos que se esfuerzan y penan solo por conseguir el bien del otro y demostrar su sujeción al Alto y a mi Palabra. Y es aquí en donde muchos se quedan pues muchos logran la constancia con la práctica y muchos logran la entrega. Pero pocos entienden el sacrificio; lo que les llevará al cielo. Como un padre que se quita el pan de la boca por su hijo. Como un padre que da su vida, por salvar la de su familia. Como un padre que se esfuerza por darle gusto a su hija. Como un padre que se cansa cargando a sus hijos para que estos no se cansen. Como un padre que trabaja para llevar sustento a su hogar. Como un sacerdote que vive en pobreza y castidad para llevarle a Jesús a la grey. Como una religiosa deja a su familia para dedicarse al misionar o la oración. Como una madre que no duerme para velar sobre su hijo enfermo. Como una madre que no cesa de la labor para alimentar y cuidar a sus hijos. El sacrificio es el acto más santificante y por esto el mal os hace no quererle. Sus vidas hedonistas son un engaño del vil para apartarlos de aquellos más agradable a mí. Ni los animales pueden dedicarse a los placeres de una forma tan anti-natural como lo hace ahora el hombre. Hasta ellos deben trabajar para alimentarse, para reproducirse y cuidar de sí. Lo contrario al sacrificio es el placer, el beneficio, el egoísmo, la indiferencia, el exceso, el abuso, el hartazgo, el desenfreno, la saciedad; todo aquello que debe ser expiado y purgado. Todos los pecados radican en el “yo”. El que no ama a Dios sobre todas las cosas es porque se ama más a sí y a sus deseos. El que jura en falso el sagrado nombre de Dios es porque ama más su reputación y su interés que a Dios mismo. El que no santifica las fiestas es quien ama más sus planes, su descanso que a Dios y a las cosas de Dios. Quien no honra a su padre y a su madre, es porque ama su comodidad, su vida y nada de malo ve en no amar el sacrificio, que en agradecimiento debe a sus padres. Aquel es desagradecido porque se cree merecedor. El que mata se cree más que el otro, se cree Dios. El que comete adulterio o actos impuros, solo busca su placer y su querer. El que miente busca su beneficio y El que roba piensa solo en su beneficio y necesidad. El que desea la mujer del prójimo, solo piensa en su querer y disponer. El que codicia los bienes del prójimo solo ve su necesidad, su antojo, su escasez. Mueran al yo hijos míos. Únanse al sacrificio de la cruz. Único sacrificio perfecto. Háganlo con pequeños sacrificios cada día. Así y solo así, amarán más. Amarán verdaderamente y dejarán el pecado. Dios abre en Evangelio según San Mateo 10,37-39
2020-10-31 Hijita mía, todo aquel que se entregue, todo aquel que renuncie a todo, todo aquel que deje los suyos para estar solo en mi corazón y obedezca, todo aquel que busque la salvación de su alma y la de muchos, todo aquel que anhele el cielo más que cualquier otra cosa, todo aquel que se desacomode para acomodarse en mi amor, todo aquel que renuncie a sí mismo y me siga, todo aquel que use sus manos para trabajarme, todo aquel que abrazado a mi Madre lo deje todo por mí, todo aquel que solo me ame y me sirva. Ese, ese es mío y a ese nada le pasa, nada le faltará, nada lo tocará, nada necesitará. A esos que cumplan mi voluntad, a esos que me oigan con sinceridad de corazón, a esos cumpliré mis palabras. Soy hija mía, palabra de vida eterna. Acaso ¿dudáis de mis palabras? Acaso ¿creen que estando con el Padre les faltará algo? Acaso ¿creen que dejaré que algo les pase a mis pequeñitos que están confiando en mis palabras? es el Rey, es el Alto el que os habla. Es el Alto que os promete, es el Alto que os cumple. Quien no crea en mis palabras, sus obras y sus intenciones serán en vano, pues de apariencias vive el hombre, pero es el Padre quien conoce sus intenciones, su corazón, sus pensamientos. Ante mí, nada se esconde, ante mi nada está velado. Hijos míos, os veo, hijos míos, os oigo, hijos míos, os mido. Mido su fe, mido su amor, mido su todo. Pues si no me darán todo ¿Qué me darán? ¿me darán sus migajas? ¿me darán migajas de su tiempo? ¿de su amor? ¿me queréis dar cosas mediocres? Hoy me dirán como Pedro, Señor, yo jamás te negaré, pero ¿después negó al hijo del hombre? ¿hoy me dirán que si y cuando vean que mis mensajes se cumplen y el mundo entero se vea en desolación ¿me dejaran? ¿me negarán? ¿negaran mis promesas? Ay mis pequeños, mis pequeños. Os veo, os oigo, os abrazo. Os abraza su Padre del cielo, su Padre que no desampara. Su Padre que cumple. Su Padre que os ama. Dios me abre la Biblia en San Mateo 26 , 30-35 “predicción sobre la conducta de los apóstoles”
2020-10-19 El que obedece con humildad en el corazón, no puede ser engañado por el vil. Por esto es una cualidad de los míos. Santos y personas de Dios. Cada instrumento mío es otorgado un regalo, que se recibe al dar el fiat, como lo hizo María Santísima, Madre de toda la pureza y verdad; junto con él, la gracia de conocer en su corazón que es realmente su Padre quien os ha dado tal gracia. El Alto siembra su semilla, pero depende del corazón, la voluntad, la disciplina y vida espiritual de cada siervo, que este crezca y de su fruto. Algunas semillas crecen poco al principio, pero con el pasar de los años, con la perseverancia y constancia, a su paso, y con mi permitir divino, se vuelven grandes árboles, frondosos de abundantes frutos, que dan frutos por cientos de años y de sus ramas brota medicina para los enfermos, sombra para el cansado, albergue del sol y la lluvia, entre muchas otras bondades. A veces, la semilla es de un rápido germinar y sus primeros frutos salen a los días de nacer el tallo. Sus flores coloridas y llamativas, frutos abundantes, pero aún inmaduros, pero muy vistosos. Estos al no recibir luz adecuada o suficiente agua, se dañan e igual de rápido a como se dieron, se pierden. En cambio, si se mantienen bien nutridas, darán fruto a cada tanto, permanecerán bellas y durante su vida serán de gran provecho para animalitos y quienes les cultivan y tienen cerca. Hay semillas que al ser sembradas germinan de la forma adecuada y crecen a su tiempo. Al llegar a su maduración, contaminantes exteriores le dañan su corteza, insectos, plagas le atacan y solo pueden ser recuperadas con el tratamiento necesario y rápido, cortando sus ramas más dañadas de raíz. Si sobrevive esto, seguirá su curso y luego de un tiempo volverá a dar fruto. Hay semillas que son sembradas y dormitan durante un tiempo largo. Deben ser cuidadas de heladas, regadas con constancia, guardadas a temperatura exacta, abonadas y nutridas. Luego de meses e incluso años empiezan a germinar. Estas dan abundantes frutos durante un periodo corto, luego de dar en abundancia se secan y mueren. Por último, hay semillas que crecen sin dificultad y poca intervención, se vuelven árboles que parecen ser comunes, sin flores ni frutos evidentes. Que se mantienen erguidas de pesar de las intemperancias del clima, del cuanto le pueda atacar y solo después de años dan pequeños retoños. Su fruto es lento en dar, pero de gran riqueza. Difícilmente se dañan sus frutos ya que su maduración es lenta y escondida a los ojos de animales que le puedan comer. Dios abre en Isaías 44, 21-28 y 45, 1-7.
2020-10-14 ELUDE EL PECADO Y VERAS MI GRACIA.
2020-10-09 Al sur de Rusia la fe poco a poco se acaba. Pocos siguen firmes a mis mandatos y a mi ley. La mente de muchos esta nublada de maldad y odio frente a otros sistemas económicos que ejercen al norte del mundo. Sus mentes tomadas por el malo infunden ideas desde los más altos rangos hasta a mis pequeñitos que hasta ahora aprenden a conocer el mundo. La ola de pensamientos y doctrinas en contra de mi Madre y de mis juicios y mandatos se expandirá a una velocidad que ustedes mismos no sabrán su inicio ni su fin. Muchos las aceptan y las imponen a los más jóvenes, que engañados con falsas promesas pelean por ello. Jóvenes de todo el mundo saldrán y protestarán. Se manifestarán al gobierno para que Estados que no cumplan con los requerimientos necesarios para su transición, por medio de la violencia lo impongan. Plan del vil es. Ciegos están mis pequeños de todo esto. La bestia vestida de oveja se expandirá y ya todo será tarde. Mi madre llorará sobre el Orbe. Mis ángeles estarán preparados para recibir mis órdenes. El mundo se verá confundido y aterrorizado. Muertes por toda la geo. Muertes de inocentes. Pero nacimientos de mártires que prefirieron dar la vida por mi antes que negarme. Todo eso yo lo veré. Mi iglesia manchada esta, profanada y confundida. Ay de aquellos hijos predilectos que infunden temor y confusión en la mente de los fieles. Ay de aquellos sacerdotes que lleven bajo el camino de la perdición a almas de fe. Ay de aquellos que hagan perder la esperanza y el camino hacia el Padre a mis críos. El que esta sentado en la silla de Pedro. Ese, ese me dará cuentas de tantas almas y almas jóvenes que inmaduros en su fe pierden el camino de santidad, a los cuales he llamado. Confundidos pero respaldados por el actual vicario de Cristo, saldrán a las calles, cometerán actos sacrílegos y malvados. Confundidos dirán que lo hacen por ordenes mías. Pero no será así. Pobres de mis pequeños. Ármense de valor, de fe, de luz. Todo bajo el amparo del Padre. Todo bajo mi voluntad. Es hora ya de ejercer todo lo que ya han aprendido y todo lo que el Padre les ha mostrado. Es hora ya de cubrirse bajo el manto protector de María mi Madre y cubrirse sus oídos a la voz del mal, a la voz del que ocupa el trono de Pedro, a la voz de la bestia. Todo poco a poco se seguirá manchando, cubriendo de suciedad y pecado. Asistid cada vez más a mi Misa, antes de que todo se vea perdido y yo ya no esté ahí. Os anuncio y os confirmo. Asistid ahora y armarse de mi cuerpo y sangre. Sangre que sigue derramada para la salvación de miles de almas. Sangre santa, Sangre perfecta, que el Padre acepta y bendice. Sangre derramada y pisoteada por miles de malhechores cuando mi hijo pasaba por el camino hacia la cruz. Sangre escupida y maldecida por muchos. Sangre que mi madre a cada paso besaba. Sangre derramada y pisoteada en los altares. Pero mis hijitos. Mis hijitos. Con los primeros, quienes llevaban, golpeaban y maltrataban a mi hijo hacia la cruz no sabían que Jesús era el hijo del Rey vivo. Seres con almas tomadas por el maligno. Pero a mis hijitos predilectos, los segundos, a mis pequeños hijos predilectos les he dado a conocer tanto, mis pequeños, tanto, que mi corazón llora gotas de sangre, al ver cómo me maltratan, me ofenden, peor que los primeros. Teniendo ellos todo el conocimiento que el Espíritu Santo desde el primer momento sembró en ellos y todo lo que en su corazón les he mostrado. Pero aun así me siguen ofendiendo. Cuanto dolor mis pequeños, cuanto dolor, que mi ira y mi justicia santa caerá sobre ellos. Orad, orad y orad por mis sacerdotes y su salvación, porque muchos caerán.
2020-10-08 Exijo mucho pues estoy dispuesto a dar mucho por amor a mis pequeños, por amor a cada almita creada en el seno del Padre y a cada una la extraño y quiero de vuelta. Fortalecidos para la batalla os quiero ver y así me manifiesto grandemente para los míos, para su conversión, para su santificación. Vision: Veo un sagrario hermoso, dorado, sobre un altar inmenso, radiante de luz, veo como le empiezan a escurrir goticas de sangre. Primero pocas y luego muchas hasta que se forma un charco en el piso. Veo huellas de manos y de pies, empiezan a aparecer sobre la sangre y esta se torna negra, lodosa y ya no brilla tanto el altar. Aparecen detrás del Sagrario varios hombres y a señores vestidos como sacerdotes, sus rostros acongojados. Empiezan a barrer la sangre, pero por más que lo intentan, sale más y más sangre del Sagrario, hasta que les llega a las canillas, sus pies sumergidos. Empiezan a caer pedazos de la iglesia, como el techo. Se viene abajo sobre ellos la iglesia y los aplasta y se mantiene intacto el Sagrario, del cual empieza a salir agua cristalina y ya no se ve sangre sino como un rio claro, como un manantial y veo corre hacia abajo, como si el Sagrario estuviera sobre la colina y veo como el rio se divide desde allí en 7 riachuelos y estos bajan limpiando todo a su paso. Abajo veo el pueblo de Dios, el remanente fiel. Les veo con ropa deshecha, sucios, como si acabaran de salir de guerra. Se regocijan y lavan con el agua. Beben de ella y sus rostros se limpian e iluminan. Te explico? El sagrario es aquel lugar dispuesto para custodiar lo más sagrado. Mi Hijo es quien hace su sacrificio perpetuo siempre, desde su crucifixión, hasta la última eucaristía donde se consagre legítimamente, antes de su venida final, para reinar justo a su pueblo. Aunque no sea vista, su sangre es derramada para la salvación de las almas, para el perdón de los pecados. Muchos ya en mi iglesia quieren hacerse ciegos a la presencia real de mi Hijo en la Eucaristía porque así sería menor su pecado al tratarle como le hacen ahora. Ves como empieza derramándose poca sangre y luego cantidades. Mi Hijo se derrama ahora, más que nunca, en amor, en gracias, en sacrificio para llamar a los suyos a la razón, para que le vean y opten por El. Ahora su sangre corre más que nunca ante la magnitud y tamaño del pecado de la humanidad. Mi Hijo derrama su sacrificio por el orbe en busca de salvar a todo aquel que le reconozca y ame. Mi iglesia moribunda son los señores, acongojados por el vil, esclavos de cuanto ocurre dentro de mi Iglesia. Son ellos quienes profanan el Santo Sacrificio, lo pisotean, le ensucian, le manosean con su permisividad, con su abuso de autoridad, al olvidar custodiar la fe como han sido llamados a hacerlo. El pecado de estos se hace lodo que intentan la sangre de mi Hijo, que se derrama en amor para la salvación de los hombres. Estos desertores de la fe, traicionan su encomienda principal y al saberlo les tortura todo lo santo, toda manifestación real de mi Hijo, todo cuanto les recuerde su pecado. Les ves tratando de devolver la sangre, esconderla, borrarla, taparla, para que no sea constante recuerdo de su perdición. En cuanto más le intentan esconder, más sangre brota del corazón de mi Hijo. Más gracias para sus fieles y mayores demostraciones de su divinidad se verán en el orbe por estos momentos. Pendientes estarán los fieles de los milagros Eucarísticos que abundarán para recordarles quien es realmente a quien reciben. Quien es Rey y Señor. Cuanto más escondan la verdadera fe, le manchen, cuanto más la distorsionen, mas se derramará mi Hijo, hasta hundirles. La iglesia en la cual están es mi iglesia remanente, aquellos sacerdotes leales y verdaderos que mantengan la fe viva y esa iglesia fiel, pequeña, humilde, será la que aplastará la maldad y pecado que reinan ahora en esa iglesia moribunda, donde pronto ya no estaré. Cuando saquen el Sagrario, amados, allí me salgo yo. Y caerán las piedras de la justicia. Esa iglesia remanente aplastará con sus oros y pureza, con su santidad, a esa iglesia vieja dominada por el hombre y el vil, y entonces mi Hijo limpiará con el agua de su costado, todo cuanto queda allí y toda la faz de la tierra, será lavada de su pecado. Cada pueblo. Dios le dará de beber a sus fieles. Dios abre en “libro segundo de los reyes” 10, 18-27 (matanza de los fieles de Baal y destrucción su templo)
2020-10-06 Hijos míos, mis amados, mis pequeños, mis hijitos. Míos son si hacen lo que os pido. Míos son si hacen todo con amor. Míos son si buscan la sabiduría, fortaleza e inteligencia en el Rey de Reyes. Míos son si oran. Míos son si velan. Míos son si anhelan algún día estar junto a mí. Míos son. Mis pequeños, os bendigo cada vez que arrodillan frente a mi y me hablan. Os bendigo cada vez que sale de sus casas y se encomiendan a mí. Os bendigo cada vez que arrepentidos de sus pecados van hacia mi y me pide perdón. Os bendigo en todo momento. Y es esa bendición, es esa bendición del Padre lo que permite que sigan respirando, que sus corazones sigan palpitando, que su alma siga amándome. Bendición perfecta e inefable. Bendición que el mal no soporta y huye gritando. Bendición santa, que solo el Padre les da. Aprendan mis pequeños, aprendan desde ya lo necesario para vivir en el campo. Aprendan desde ya a como vivir una vida en comunidad. Incentivad esas virtudes que allá se incrementarán y usarán. Leed mis amados libros de santos. Leed a mis hijitos que tuvieron que vivir toda su vida en comunidad. Leerán todo lo que sufrieron, todo lo que debieron pasar, injusticias que debieron vivir para su propia santificación y para golpear su soberbia y orgullo. Ataques, malos tratos, todo hijos, todo permitido por el Padre, todo permitido por mí hijitos. Y ellos, con sumisión profunda me entregaban todo su “yo”, me entregaban toda su vida y así me permitieron obrar en ellos, pulirlos y conducirlos por el camino de la perfección. Ahora mis pequeños, os pregunto. ¿doblegaran su voluntad hacia el Padre? ¿me dejaran obrar en ustedes? ¿me dejan pulir sus almas? A quienes me digan que sí, con una fe verdadera, yo haré prodigios en sus vidas y os haré crecer en virtud y santidad. Yo veo hijos, yo veo cuando una respuesta solo sale de sus bocas y no del corazón.
2020-09-18 LEAL ES EL QUE HACE LO QUE DIOS SOLICITA, ASI SE HACE NULO EL VIL QUE DESEA ACATO HACIA EL. EL DÓCIL A DIOS SE SELLA. EL VIL DEVORA, NO DEJA NADA, NO DEJA VER, CIERRA EL OIR A LA VERDAD DE DEO. QUEDA AISLADA DE DIOS TODA LA VIDA DE AQUEL QUE LO OYE. NADA DE ÉL ES LÍCITO, LOS SACIA, LOS LLENA DE LO MUNDANO, TODO LO DE EL ES OPOSICIÓN A LO DE DIOS. DA VERSIÓN ERRADA DE LO VERDADERO, MUTA LO DIVINO, ADIVINA Y NO ADIVINA, LOS OJEA, LOS MIDE, LOS OYE, LES CAE, LOS ODIA, LOS HIERE, LOS ADULA, LOS UNTA DE VILEZA. LES ANALIZA CADA DÍA Y CADA HORA DE LA VIDA, LES DA DIVERSIÓN MUNDANA, NO LES DEJA CABIDA AL HABITO DE ORAR NI DE IR HACIA MI, LES LEE EL CANSANCIO, LOS VEJA. NARRO ESO, NO ES SOLO IDEA, ES ASÍ, ES VERDAD. VENCE EL VIL SI NO HAY ACATO A MI LEY Y SI NO ORAN.
2020-09-18 NO ENTRAN AL CIELO LOS ATEOS.
2020-09-15 cuanto me agrada ver a mi grey orante. Se vil se afana en acercarse a lo mío y sus intentos se ven frustrados por la luz que emana de sus hogares, de sus almas. Aquellos que buscan de corazón la santidad son otorgados una gracia particular para conseguirla, son custodiados por santos ángeles. Os aclaro hija mía, el vil podrá poner tropiezos en el camino, pero mis ángeles jamás dejarán que les haga daño a ustedes. Les guardo sus vidas físicas y espirituales. Algunas almas desean donarme incluso su salud por la salvación de las almas, me la donan para que al sufrir el cuerpo, su alma repare los pecados del mundo y así puedan unirse a Cristo en la cruz. Y yo en mi amor otorgo aquello que anhela su corazón al ser tan nobles y perfectos sus deseos. Pero siempre es ante el pedido de esa alma enamorada. Veo deseos de santidad en mis críos y os aclaro todo para hacer sus deseos perfectos para mí. Aquellos que desean santidad y que no conocen varón ni mujer deben orar ante el Santísimo Sacramento para ver si su vocación les atrae a votos para mí, camino perfecto y sublime y tan necesario para mi remanente. Solo aquellos grupos que tengan estas almas podrán alcanzar la fortaleza espiritual para los tiempos decisivos. Todos deberán orar para que sus compañeros que sienten este deseo de corazón le vean y acepten y los acompañarán en júbilo. Aquellos que desean santidad y añoran familia, que siendo jóvenes añoran aún sus planes, les dirás que lean: Dios abre en Eclesiastés 11, 7-10 y 12, 1-8. “La edad”. Sabiendo cuanto os alerta su Padre, se asegurarán que el Alto les guíe para escoger pareja y seguir vida santa para ser las familias santas que el Alto necesita ahora. Aquellos que ya casados se encuentran sin pareja os digo cuanto añora mi corazón verles ahora consagrados por completo a mi y desposados conmigo. Pues verdad es aquello que dicen que es mejor estar solo que mal acompañado. Dónense a mí y seré esposo fiel. Donarán su tiempo a lo mío y cosecharán para las almas y para su eternidad. Gozarán de las gracias otorgadas aquellos que ofrecen castidad. Aquellos tendrán una particular corona sublime en las moradas eternas. Ofrezcan votos de castidad, perseveren en lo santo. Aquellos que ya están desposados y con familias, la santidad de aquellos está el amor en cuanto hacen en sus hogares, en tan dura labor por estos días. Aunque parezca este el camino más transitado y cotidiano, es también el más arduo. Es su cansancio la cruz que llevarán con alegría para llevar familias buenas y santas y así acoger a muchos que serán el futuro de mi remanente. Noble labor, ardua labor y amada para mi corazón. Custodios de mis pequeñitos. Os mediré con el mismo amor con que ustedes mismos ejercieron su labor. Escasos de tiempo estos, pero llenos de caminos hacia la santidad al entregar al Alto cuanto os pido. Aquellos que me conocieron tarde y añoran santidad os digo que no importa el tiempo de conocerme, ni los días que restan de vida, pues santo también puede morir aquel que conociendo a Dios tan solo días antes da su vida por mí. Den su vida por completo, desde ya mis amados. Así alcanzarán santidad.

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