| 2021-03-03 |
"IO" SE ACERCA A LA FASE DEL SOL , ESTE LA ACELERA, SALEN IONES Y CAEN EN OLAS, HELADAS SE HARÁN ESAS OLAS, LLENAN EL ESPACIO. CADA ESTACIÓN SERÁ AMENAZA, NO SERÁN MÁS ESTÁTICAS, EL AMAZONAS SERÁ SEÑAL CON LA CAIDA DE FRUTOS Y NIEBLA OSCURA. |
|
|
| 2021-03-02 |
La humildad hija mía es virtud y gracia dada por el Padre, pero crece a raíz de los actos de las almas. La humildad es como una pequeña planta a la que debes rociar agua. Esa agua es la oración, la intención y la acción. Os explico hija mía. Cada vez que tomas alguno de estos elementos y rocías el pequeño granito de humildad que he puesto en tu corazón y en tu alma, crecerás en virtud. Con la oración yo os muestro, os pulo y os soplo. Al arrodillarte ante mi estás haciendo un acto de alabanza y de humillación, pues reconoces que nada eres y a mí me reconoces como tu Rey y creador de todo. Allí tu alma y tu cuerpo me rinden honor, mientras que tú estás más cerca del suelo. Al cubrirte la cabeza, haces acto de humidad, porque das oración agradable al Padre escondiéndote de las vanidades que te ofrece el mundo. Te cubres como signo de tu nada y así tu oración es escuchada. Ay de la mujer que no cubra su cabeza al hacer oración. Justo soy. Y a cada uno daré según lo que han dado. Es en la oración donde yo hago presencia en el alma y os doy gracias para ahuyentar toda tentación del maligno de aumentar la altivez y la soberbia. Soy yo quien retorno todo pensamiento de querer aparentar, mostrar, pretender y resaltar frente a los hombres. Yo en oración os muestro la humildad de mi hijo, el cómo se hizo pequeño ante el hombre en obediencia al Padre, para que ustedes puedan imitarlo. Y aun así, siguen creyendo que se asemejan a mi hijo Jesús cuando hablan más de lo que deben decir, o haciendo más de lo que se les ha pedido. Hijos míos, no caigáis en las trampas del maligno, el Padre no se cansa de mostrarles y darles en oración todo lo necesario para su lucha espiritual, pero es su fe y su amor quien decide tomar lo que el Padre le da, o lo desecha. Quien decida tomarlo que le dé a Dios lo que es de Dios y al hombre lo que es del hombre. Mis pequeñitos atentos deben de estar, no desprecies los regalos de un Padre que os ama. La intención hijos míos. Si en sus actos de humildad que realizan no hay buena intención, es como sembrar en tierra seca, no dará fruto. No han querido entender, la intención del alma es como el núcleo de una célula, sin el núcleo la célula no puede cumplir su función como debe. Si la intención no es recta ante la mirada de Dios, sus preceptos y sus leyes, la acción que realiza el alma poca valides tendrá ante los ojos del Padre, a pesar de que a los ojos del hombres hayan quedado como seres virtuosos y santos. Ese es el secreto hija mía de crecer en humildad, la intención. Antes de hacer cualquier acto te preguntarás: ¿Deseo que lo vea Dios o lo vea el hombre? ¿Busco relucir ante los hombres o deseo que mi alma reluzca ante Dios? A quien deseo agradar ¿a Dios o al hombre? Te preguntarás eso. Si en tu alma sigue habiendo un pequeño deseo de ser estimado, preferido o alabado, dirás: “aleja de mi Señor esta impureza dentro de mi alma, arrójala a las puertas del infierno para que con alma limpia, pueda yo dirigir mi adoración a ti” luego te esconderás en las llagas de mi hijo, símbolo máximo de humidad y allí actuarás, cuando tu intención este pura con la gracia del Padre. No os desaniméis que es tu Padre quien conoce tu intención y tu corazón. El tercer paso es la acción, allí teniendo como base la oración y la rectitud de intención precederás a lo que os he inspirado para crecer en virtud, allí actuarás con todo el amor y en presencia del Padre. Los ojos del Padre estarán puestos en esa alma y allí la bendeciré. Si los hombres alabarán tu acción, hija mía, que tu corazón no se afane, pues tu Padre del cielo ya la ha recibido en sus manos. Bendíceme y glorifícame y así tu obra estará completa. Toma nota hija mía, cuatro principios has de hacer para crecer en humildad. 1. El callar, habla solo lo necesario y cuando os pregunten o pidan tu opinión. 2. El mirar, cuando mires a alguien fíate de sus virtudes y carismas y no de sus defectos, admira las obras que Dios ha hecho en él y piensa que es mejor que tú. 3. El servir, busca siempre los momentos que puedas ayudar a alguien y no los desprecies pensando que lo puede hacer él. Busca siempre servir y no ser servido, como si el que sirvieras fuera a mí mismo. 4. El obedecer, obedece a tus superiores inmediatamente y no dejares para después. Así pensarás que fui yo mismo el que te ha dado la orden. Hija mía, con su debido discernimiento. Es así mis pequeños como pueden crecer en esta virtud tan agradable a mis ojos. Virtud de excelencia para crecer en las demás. Imitad a mi hijo y no os asemejéis al malo en su soberbia, actúen siempre bajo la mirada del Altísimo y reposad en Él. |
|
|
